A lo largo de muchos siglos, en Latinoamérica se fueron desarrollando no sólo culturas poderosas y muy avanzadas, ricas en tradición, color y costumbres, sino que cada región de este continente ofreció a su gente una variedad amplia de plantas, frutas, hortalizas y animales. Y es que en esta parte del mundo, gozamos de un ecosistema bendecido, costas llenas de vida, andes que ofrecen productos únicos y una selva que nos sigue sorprendiendo. Latinoamérica es, sin lugar a dudas, el “place to be” si amamos la gastronomía.
Ahora bien, ¿qué hace que se diferencie del resto del mundo? ¿Cómo es posible que siendo tan cercanos, cada país tenga un universo culinario tan característico y único?
Ni más ni menos que lo que te mencionamos frases más arriba: el ecosistema de este continente es verdaderamente único, lo que le permite a su población crear propuestas culinarias que varían desde lo simple pero encantador, hasta lo más complejo y mágico, pero siempre con el sello característico de cada región.
Un platillo en Venezuela puede ser un descubrimiento formidable para un visitante uruguayo; un postre argentino puede ser el nuevo favorito de un turista peruano.
¿Qué ofrece un lugar como Latinoamérica para alguien que quiere hacer de la gastronomía su carrera, su negocio o su vida?
Todo, así de simple. Latinoamérica tiene más de lo que se necesita para crear experiencias culinarias únicas, formar chefs con una visión especial del rubro y crear oportunidades de negocio que lleguen a todas partes del mundo.
Chefs que ya no son solamente amantes de su cultura, sino embajadores mundiales de la misma. Tal es el caso de Gastón Acurio en Perú , con su dedicación en preservar la tradición y evangelizar al mundo con el mensaje de la gastronomía peruana; Francis Mallmann en Argentina, con su forma única de tratar lo que el entorno le ofrece; Ignacio Mattos de Uruguay, que triunfa en Nueva York con una propuesta única o Ricardo Chaneton de Venezuela, que conquistó Hong Kong con su re interpretación de la gastronomía venezolana y latinoamericana.
Un punto sumamente importante por resaltar, en este mundo en donde el español es protagonista, el inglés es rey. Un espacio que recibe un sin fin de turistas de todo el globo va a necesitar gente altamente capacitada no solo en el negocio de la cocina, sino en la versatilidad que tenga para entablar conversaciones que cuenten una historia, cierren un trato, conecten con el turista e inviten a volver.