Cuando pensamos en “aprendizaje global de idiomas”, Berlitz es un nombre que siempre destaca. Con presencia en casi todos los continentes (lo siento, Antártida) y alumnos en todas las zonas horarias, surge una pregunta urgente: ¿cómo garantiza Berlitz el mismo nivel de calidad en cualquier parte del mundo?
Nos sentamos con Martin Petry, Director Global de Garantía de Calidad y Formación y Desarrollo de Berlitz, para descubrir exactamente cómo esta potencia mundial mantiene tal consistencia, y por qué es importante para los estudiantes.
La diferencia Berlitz empieza por el maestro
En Berlitz, la promesa de calidad no comienza en la clase. Comienza mucho antes de que un instructor imparta su primera lección. Según Martin, “invertimos mucho tiempo, esfuerzo y energía en seleccionar a las personas adecuadas para unirse al equipo”.
Una vez seleccionados, los instructores reciben una rigurosa formación inicial seguida de un periodo de desarrollo de tres meses. No se trata de cumplir requisitos, sino de tutoría práctica, observación de las clases en directo e información detallada. No todo el mundo lo consigue, pero los que lo logran reciben un apoyo continuo a través de tutorías, talleres entre compañeros y revisiones del supervisor cuatro veces al año.
¿Cuál es el objetivo? Garantizar que todos los maestros, desde Tokio a Nueva York, sean capaces de impartir clases centradas en el estudiante, que den prioridad a la comunicación en la vida real, al tiempo de conversación y al aprendizaje personalizado.
Una norma mundial unificada: de Frankfurt a São Paulo
Una de las mayores ventajas competitivas de Berlitz es su coherencia global. Tanto si un cliente corporativo tiene empleados en Berlín, Dubai o Ciudad de México, puede esperar la misma experiencia. No es una coincidencia, sino el resultado de procesos, protocolos de formación y controles de calidad profundamente estandarizados e implantados en toda la organización.
“Lo hemos convertido en una prioridad”, afirma Martin. “Todos nuestros responsables de calidad y formación empezaron como instructores. Conocen el trabajo duro. Saben lo que cuesta dar una buena clase. Por eso son las personas perfectas para formar y apoyar a nuestros equipos”.
Este conocimiento interno garantiza que la formación no sea teórica, sino práctica, relevante y probada sobre el terreno.
Experiencia Premium = Resultados Premium
Cuando los estudiantes eligen Berlitz, no solo compran clases. Están invirtiendo en un viaje lingüístico que a menudo se relaciona directamente con la promoción profesional y el crecimiento personal. Esto implica grandes expectativas, y Berlitz es consciente de ello.
“Para cumplir estas expectativas, las gestionamos desde el principio”, explica Martin. “Somos transparentes sobre lo que un estudiante debe esperar y nos aseguramos de que los maestros entiendan lo que sus alumnos quieren lograr. Esa alineación es fundamental”.
A partir de ahí, cada lección está diseñada para ayudar a los estudiantes a practicar en escenarios del mundo real, haciendo que cada clase sea inmediatamente aplicable a la vida cotidiana o a situaciones laborales.
El feedback es una función integrada
Berlitz no espera a que surjan problemas, sino que recoge de forma proactiva y en tiempo real los comentarios de los estudiantes sobre las lecciones. Después de cada sesión, ellos tienen la posibilidad de responder a una rápida encuesta. La pregunta más reveladora: ¿cuál es su grado de satisfacción con el instructor de hoy?
Las cifras lo dicen todo:
Más del 97% de satisfacción.
El 85% de esos estudiantes están muy satisfechos.
Los profesores ven estos comentarios, los utilizan para mejorar y se sienten motivados al saber que sus esfuerzos son apreciados. No es únicamente algo casual: estos resultados ayudan a dar forma a la formación continua e incluso a la visibilidad del instructor, especialmente en el caso de los estudiantes particulares, que pueden seleccionar a sus maestros favoritos para futuras clases.
El crecimiento nunca se detiene
Más allá de las evaluaciones formales, Berlitz ofrece talleres continuos de desarrollo profesional a lo largo del año. Los temas varían, desde la adaptación de contenidos externos en lenguas menos comunes hasta el dominio de técnicas de corrección y fijación de objetivos, pero la intención es siempre la misma: hacer que los buenos docentes sean aún mejores.
Además, estos talleres no son clases aburridas. “Son divertidos”, dice Martin, sonriendo. “Son interactivos, colaborativos y se centran en hacer las clases más eficaces y atractivas”.
¿Por qué todo esto importa?
La coherencia no es solamente un detalle. Tanto para las empresas globales como para los estudiantes juiciosos, saber que un curso Berlitz en París es igual de eficaz que uno en Tokio es un factor decisivo.
En palabras de Martin:
“Trabajamos con muchas empresas que tienen empleados en todo el mundo. Es importante que el servicio que ofrecemos sea coherente, independientemente de que el empleado esté en Frankfurt, Tokio o Nueva York”.
Berlitz no pretende ser una escuela de idiomas común, y ahí está la gracia. La combinación de una sólida formación de los instructores, la estandarización global, el feedback en tiempo real y el desarrollo continuo crea un ecosistema premium que prioriza una cosa: tu éxito como estudiante. No importa en qué parte del mundo estés, con Berlitz estás en manos expertas.
