
París a través del tiempo: descubre la historia de la Ciudad de la Luz
Author:
Ashley Rocks
Pocos destinos son tan encantadores y deseados por los turistas como París. La ciudad, que alguna vez fue hogar de reyes, revolucionarios y artistas, continúa encantando al mundo con su arquitectura, sus mansiones, su gastronomía y su característico idioma: el francés.
Conocida como la “Ciudad de la Luz”, París recibió este apodo no por casualidad. Durante la Ilustración, la capital de Francia se convirtió en un epicentro de ideas revolucionarias y progresistas.
París también fue una de las primeras ciudades en adoptar el alumbrado público de gas en 1820, iluminando sus calles y monumentos, convirtiéndose en un faro de innovación.
Con más de dos milenios de historia, París es un verdadero crisol de cultura, política y economía. Desde los días de gloria del Imperio Romano hasta la Revolución Francesa, la ciudad ha sido un centro de cambio y pionera de tendencias.
Hoy en día, la ciudad brilla no solo como uno de los destinos turísticos más populares del mundo, con alrededor de 38 millones de visitantes solo en 2019, sino también como un centro global para el arte, la moda y los negocios.
En este artículo, exploraremos juntos la fascinante historia de París, desde sus orígenes hasta las intrigantes catacumbas, revelando los secretos que hacen de esta ciudad un lugar inolvidable. Como decía Hemingway, “París es una fiesta”, y esta fiesta histórica apenas comienza.
Historia de París
Los orígenes de París
París tuvo su origen en un pequeño pueblo celta fundado por la tribu Parisii, alrededor del siglo III a.C. Estos primeros habitantes eligieron las orillas del río Sena por sus ventajas estratégicas, creando un asentamiento que pronto se convertiría en un importante punto comercial.
En el siglo I a.C., los romanos, liderados por Julio César, conquistaron la región y rebautizaron la ciudad como Lutetia (Lutetia). Bajo el dominio romano, Lutecia floreció y desarrolló una importante infraestructura urbana, con calles pavimentadas, baños y anfiteatros.
La influencia romana aún es visible en los restos arqueológicos repartidos por la ciudad, como las ruinas de las Termas de Cluny y el anfiteatro Arènes de Lutèce. Estos monumentos son testimonio de la importancia de Lutecia en la Galia romana, marcando el inicio de París como una ciudad estructurada y próspera.
La Edad Media
Con la decadencia del Imperio Romano y el advenimiento de la Edad Media, París surgió como un centro de poder y religión en Francia. Durante este período, la ciudad experimentó un crecimiento significativo, impulsado por el comercio y la construcción de importantes monumentos religiosos.
La construcción de la Catedral de Notre-Dame, iniciada en 1163, simboliza el ascenso de París como corazón espiritual de la Francia medieval. Además, la ciudad se ha consolidado como un importante centro de comercio, con mercados vibrantes y una economía en expansión. La Universidad de París, fundada en 1150, se convirtió en uno de los centros de aprendizaje más prestigiosos de Europa y atrajo a académicos de todo el continente.
París también jugó un papel político central durante la Edad Media, siendo sede de los reyes Capetos y escenario de importantes acontecimientos históricos como la firma del Tratado de París y las batallas de la Guerra de los Cien Años. Este período fue decisivo en la configuración de la identidad de París como capital política y religiosa de Francia.
El Renacimiento
El Renacimiento trajo un florecimiento cultural y científico a París, transformando la ciudad en un centro de innovación artística e intelectual. Inspirada por el espíritu humanista de la época, París vio el surgimiento de grandes figuras como Leonardo da Vinci, que pasó sus últimos años en Francia, y el crecimiento de las artes y las ciencias.
Durante este período se construyeron palacios y grandes edificios que aún hoy definen el paisaje de París. El Louvre, originalmente una fortaleza medieval, se transformó en un espléndido palacio renacentista bajo el reinado de Francisco I. La ciudad también fue testigo de la construcción de otras obras arquitectónicas importantes, como el Hôtel de Ville y el Palacio de Luxemburgo, que reflejan la riqueza y la ambición de la Francia del Renacimiento.
París también se convirtió en un centro de imprenta y publicación, contribuyendo a difundir las nuevas ideas de la época por toda Europa. Este período marcó el comienzo de su ascenso hasta convertirse en una metrópolis global donde el arte, la cultura y la ciencia prosperaron de la mano.
Revolución francesa
Uno de los acontecimientos más transformadores de la historia tuvo a París en el centro de sus acontecimientos. Nacida del descontento con la monarquía absoluta, las desigualdades sociales y la crisis económica, la Revolución Francesa rápidamente se convirtió en un movimiento que derribó el orden establecido e introdujo nuevas ideas.
París no sólo fue testigo, sino que avivó las llamas de la revuelta que arrasó Francia a finales del siglo XVIII. Uno de los primeros hitos icónicos fue la toma de la Bastilla el 14 de julio de 1789, cuando los parisinos enfurecidos se apoderaron de la prisión-fortaleza, que simbolizaba la opresión monárquica.
La insurrección tuvo un profundo impacto global, inspiró movimientos revolucionarios en toda Europa y América, desafió el poder de los monarcas y promovió ideales de derechos humanos.
Las ideas que surgieron de la revolución, traducidas en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, se convirtieron en la base de muchas democracias modernas y continúan resonando hoy, destacando a París como el lugar de nacimiento de una nueva era de pensamiento político y social.
La Comuna de París
En 1871, París volvió a ser escenario de un acontecimiento revolucionario. Después de la derrota francesa en la guerra franco-prusiana y la crisis económica que siguió, la Comuna de París intentó establecer un gobierno progresista y autónomo en la ciudad.
El movimiento, que tenía como objetivo introducir reformas como la separación de la Iglesia y el Estado, la abolición del trabajo nocturno y la garantía de una educación gratuita y laica, duró poco más de dos meses.
A pesar de su corta duración y su trágico final, la llamada “Semana Sangrienta” ocasionó en la muerte de miles de “comuneros” y marcó una de las represiones más violentas en la historia moderna de Francia. La Comuna de París influyó en los movimientos socialistas y comunistas a lo largo del siglo XIX en todo el mundo.
París y la era napoleónica
El ascenso de Napoleón Bonaparte trajo cambios significativos a París, tanto política como urbanísticamente. Bajo el gobierno de Napoleón, la ciudad se convirtió en el centro del vasto Imperio francés, con nuevas construcciones y renovaciones que reflejaban el poder y la gloria de Francia.
Monumentos como el Arco de Triunfo fueron diseñados para celebrar las victorias militares de Napoleón, mientras que la construcción de nuevos puentes, carreteras y edificios públicos modernizó la ciudad.
Posteriormente, durante el Segundo Imperio, el barón Haussmann estuvo a cargo de una vasta reforma urbana que remodeló París, transformándola en la ciudad moderna que hoy conocemos. Las estrechas calles medievales fueron reemplazadas por amplios bulevares, se crearon parques públicos y la infraestructura de la ciudad se renovó por completo.
Siglo XX: Guerras y Reconstrucción
El siglo XX trajo enormes desafíos a París, especialmente con las dos guerras mundiales. Durante la Primera Guerra Mundial, París estuvo en primera línea de batallas, pero fue en la Segunda Guerra Mundial cuando la ciudad afrontó uno de sus períodos más oscuros: la ocupación nazi de 1940 a 1944. Durante estos años, París sufrió severas restricciones, mientras que la Resistencia Francesa llevó a cabo operaciones clandestinas para socavar el control alemán.
Después de la liberación de París en agosto de 1944, la ciudad entró en un período de reconstrucción y crecimiento. El período de posguerra estuvo marcado por una rápida expansión urbana e industrial, con la reconstrucción de zonas devastadas y el desarrollo de nuevos barrios.
La ciudad se ha reafirmado como un centro cultural y político global, ha albergado eventos como la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en 2015 y sigue influyendo en el mundo a través de la moda, el arte y la política.

La Ciudad de la Luz en la Era Contemporánea
París ha seguido reinventándose a lo largo de las décadas y, en la actualidad, es una metrópolis que combina tradición y modernidad. Con una población compuesta por personas de todo el mundo, la ciudad es un mosaico de lenguas y tradiciones que se reflejan en una vibrante escena gastronómica, artística y literaria.
Como toda gran ciudad, París se enfrenta a retos urbanos. Uno de los principales es la gentrificación, que ha transformado barrios históricos y populares en zonas de alto nivel, "expulsando" a los residentes más antiguos. Este fenómeno está profundamente ligado al aumento del coste de la vida, especialmente en el sector inmobiliario, donde los precios de las propiedades y los alquileres siguen subiendo, lo que dificulta a muchos parisinos permanecer en la ciudad.
Otro desafío es la crisis de la vivienda. Al igual que otras grandes ciudades, París se enfrenta a una escasez de viviendas asequibles, lo que agrava las desigualdades sociales y ejerce presión sobre las familias de ingresos medios y bajos. La ciudad ha implementado políticas para crear más viviendas sociales y controlar los precios de los alquileres, pero la demanda sigue superando a la oferta.
En el escenario internacional, París desempeña un papel central, ya que es sede de eventos mundiales como la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21) y de organizaciones internacionales como la UNESCO. La ciudad sigue siendo un símbolo de diplomacia, cultura y progreso, reafirmando su estatus como una de las capitales más influyentes del mundo.
Principales atractivos turísticos
Torre Eiffel
Inaugurado en 1889 con motivo de la Exposición Universal de París, el monumento más famoso de París inicialmente generó críticas por su audaz diseño. Diseñada por Gustave Eiffel, la torre de hierro de 324 metros de altura fue, durante un tiempo, la estructura más alta del mundo. Hoy en día, es una de las atracciones turísticas más visitadas del planeta y atrae a millones de visitantes cada año. Sólo en 2023, había alrededor de 6,3 millones de personas.
Catacumbas de París
Las Catacumbas de París son una red subterránea de osarios que se extienden kilómetros bajo la ciudad. Originalmente, minas de piedra caliza, estas galerías se convirtieron en un lugar de entierro a finales del siglo XVIII, cuando los cementerios parisinos comenzaron a llenar su capacidad.
Actualmente, las Catacumbas albergan los restos de alrededor de seis millones de personas y, aunque parezcan una atracción macabra, atraen cada año a más de 500.000 curiosos.
Arco de Triunfo
Encargado por Napoleón Bonaparte después de su victoria en la batalla de Austerlitz en 1805, el Arco de Triunfo es uno de los monumentos más reconocibles de París.
Inaugurado en 1836, rinde homenaje a los soldados que lucharon y murieron durante las guerras napoleónicas y las revoluciones posteriores. El arco está situado al final de los Campos Elíseos, en plena plaza Charles de Gaulle, y es una parada obligatoria para los visitantes que quieran comprender la historia militar de Francia.
Museo del Louvre
Originalmente, una fortaleza medieval transformada en palacio real, el Louvre es hoy el museo más visitado del mundo. Con una colección que abarca desde la Antigüedad hasta el siglo XIX, el museo alberga obras maestras como la “Mona Lisa” de Leonardo da Vinci y la “Venus de Milo”.
Desde su apertura como museo en 1793, el Louvre ha sido un centro de arte y cultura que, sólo el año pasado, recibió la impresionante cifra de 8,9 millones de visitantes.
Catedral de Notre Dame
Un hito de la arquitectura gótica, la Catedral de Notre-Dame se completó en 1345, después de casi dos siglos de construcción. Ubicada en la Île de la Cité, en el corazón de París, la iglesia ha sido escenario de muchos eventos históricos, incluida la coronación de Napoleón Bonaparte como emperador.
En 2019, la catedral sufrió un incendio que destruyó gran parte de su techo y su icónica torre, pero sigue siendo un símbolo resistente de la ciudad.
Plaza de la Concordia
La plaza más grande de París es rica en historia y simbolismo. Originalmente llamada Place Louis XV, Place de la Concorde pasó a llamarse después de la Revolución Francesa y se convirtió en el escenario para la ejecución de figuras como Luis XVI y María Antonieta.
En el centro de la plaza se encuentra el Obelisco de Luxor, un regalo de Egipto a Francia. Rodeada de importantes edificios y vistas impresionantes, la Place de la Concorde es un lugar esencial para comprender la tumultuosa historia de París.
¡Au revoir, París!
Al final de este viaje a lo largo de los siglos y los encantos de París, es fácil ver por qué esta ciudad captura el corazón de millones de visitantes. Ya sea en las concurridas calles de Montmartre y las silenciosas galerías de las catacumbas, o en la majestuosa vista desde lo alto de la Torre Eiffel, París es una ciudad que vive y respira historia, cultura, deporte e innovación.
Como todo buen viaje, saber apreciar cada detalle es fundamental. ¿Qué tal si te llevas un pedacito de París? Aprender francés, por ejemplo, es una forma de profundizar tu conexión con la ciudad y abrir puertas a oportunidades en todo el mundo. Después de todo, el francés no es sólo el idioma oficial de Francia, sino de más de 220 millones de personas en los cinco continentes, incluidos países como Canadá, Suiza y varias naciones africanas.
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