A smiling woman with her feet up is learning a language through music at home with headphones,

Cómo entrenar a tu cerebro para aprender idiomas a través de la música

Saga Briggs

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Saga Briggs

Quizás hayas escuchado que la gente se refiere a la música como un “lenguaje”, o incluso hayas hecho tú mismo esa comparación. Como el lenguaje, la música tiene un ritmo, una estructura y una serie de reglas alrededor de su uso.

¿Sería descabellado pensar entonces que la música podría ser una herramienta útil para aprender lenguas extranjeras? Según investigaciones en diversas disciplinas, desde las neurociencias hasta la psicología educacional, no es nada descabellado, y puede incluso ser una clave para dominarlas más rápidamente.

En este artículo, exploraremos algunos de los hallazgos más emocionantes que relacionan el lenguaje con la música, y te daremos algunos consejos para usarlos en el salón de clases.

La gramática, el ritmo y el cerebro

Drums and drum stick symbolic of grammar language learning and rhythm

Si la música y el lenguaje son tan parecidos, ¿no deberían sobreponerse en el cerebro? La respuesta es que sí, y probablemente haya sido así por miles de años. De hecho, a menudo terminamos en situaciones del huevo o la gallina cuando hablamos acerca de la música y el lenguaje. ¿Cuál fue primero desde la perspectiva de la evolución?

Jay Schulkin, un científico del departamento de neurociencias de la Universidad de Georgetown, dice: “La música es parte fundamental de nuestra evolución. Probablemente cantamos antes de que dijéramos oraciones construidas sintácticamente”.

Si esto es verdad, significa que la música y el ritmo probablemente han tenido un impacto en la formación y el uso del lenguaje.

Así que, ¿nuestros cerebros procesan la música de manera similar?

En 2015, los investigadores descubrieron que podemos usar la misma parte del cerebro, el área Broca, debajo de la sien izquierda, para procesar tanto la música como el lenguaje. Pero había un detalle importante en su descubrimiento: específicamente la música instrumental (sin letra) y la gramática (no el significado de las palabras) son procesados en la misma área.

Esto significa que puede existir una relación cercana entre la música y el lenguaje, pero son la gramática y el ritmo en particular los que justifican esta comparación.

Su estudio era bastante audaz. Después de pedirle a los participantes que leyeran frases simples y complejas mientras escuchaban un fragmento corto de música, los investigadores les pidieron juzgar el “cierre” de la música; en otras palabras, lo completa que la percibían. ¿Pensaban que el fragmento había sido reproducido por completo o había sido interrumpido antes del final de la secuencia? Cuando estaban leyendo frases más complejas, los participantes reportaron que la música tenía menos cierre; cuando estaban leyendo frases más simples, juzgaron que la música era más completa.

¿Qué significa esto? La estructura de la música y la estructura de la oración estaban siendo procesadas en la misma parte del cerebro, así que los dos flujos de información competían el uno con el otro por la atención del participante. “Esta es la primera evidencia directa que sugiere que el procesamiento de la música y el lenguaje sintáctico interactúan en el área de Broca”, concluyeron los investigadores.

Procesamiento del aprendizaje y de la música

Music_singing_vocabulary_memorization_techniques.jpg

Un equipo de investigadores de la facultad de ciencias de la educación de la Universidad de Helsinki (BNU) y la Universidad de Turku encontró que tanto la música como el lenguaje tienen un impacto en el procesamiento neural de las señales auditivas.

Su estudio involucraba a estudiantes de escuelas primarias chinas de entre 8 y 11 años de edad que acudían a cursos de entrenamiento musical y clases de inglés. Los hablantes del chino son conocidos como “hablantes de lengua tonal”, lo que significa que su idioma se basa en gran parte en la percepción del tono.

Los cursos de música consistían en sesiones de práctica de canto con una duración de una hora, dos veces a la semana a lo largo del año escolar. Las clases de inglés los entrenaba tanto para leer como para escribir. Los investigadores midieron su actividad cerebral en respuesta a los estímulos auditivos antes y después de los cursos. Encontraron que los estudiantes que tomaron las clases de inglés mostraron un mejor procesamiento de los sonidos musicales en el cerebro, especialmente en relación con el tono.

“Un programa de lengua extranjera es capaz de fomentar neurocognición auditiva y musical, al menos en hablantes de lenguas tonales, en una forma comparable a como lo hace un programa musical”, concluyeron. “Nuestros resultados sustentan la relación cercana de las funciones cerebrales lingüísticas y musicales también en el desarrollo del cerebro”.

Al respecto de este estudio, Erin Hannon, un profesor de psicología de la Universidad de Nevada, dijo: “El público debería apreciar que parecen existir nexos interesantes entre el procesamiento del lenguaje y la música, especialmente durante la infancia. Esto ha recibido más atención últimamente, pero tanto el lenguaje como la música se desarrollan en conjunto y son modalidades clave de la comunicación humana”.

Si la música y el lenguaje están tan relacionados en el cerebro, quizás tengamos una gran oportunidad en nuestras manos para aprovechar esta conexión y obtener mejores resultados en el aprendizaje de lenguas extranjeras.

El ritmo y el aprendizaje de lenguas extranjeras

Young child with microphone learning language through music

Con anterioridad, un grupo de investigadores alemanes encontró que el canto mejoró el vocabulario y las habilidades gramaticales de los estudiantes de inglés como lengua extranjera en el contexto de la escuela primaria. En comparación con los estudiantes que aprendieron vocabulario y gramática únicamente a través del habla, los estudiantes que cantaron la letra tuvieron grandes avances en ortografía, vocabulario y gramática. “Los resultados indican el beneficio potencial del canto para el aprendizaje de gramática” escribieron los investigadores [fuente].

Mientras tanto, en el Vanderbilt Kennedy Center en Nashville, otro grupo encontró que los niños con buenas habilidades de percepción del ritmo músical también tenían sólidas habilidades gramaticales [fuente].

Realizando pruebas en veinticinco niños y niñas de seis años, el equipo midió las aptitudes musicales y las habilidades gramaticales utilizando una serie de juegos de computadora basados en melodías y cuestionarios. Los niños que pasaron los juegos rítmicos también puntuaron alto en el cuestionario gramatical, sin importar el coeficiente intelectual no verbal, estrato socioeconómico o experiencia musical previa.

“En gramática, la mente infantil necesita ordenar los sonidos como los oyen en palabras, frases y oraciones, y el ritmo del habla le ayuda a hacerlo”, explicó Reyna Gordon, quien encabezó el estudio. “En música, las secuencias rítmicas le otorgan estructura a las frases musicales y ayudan a los oyentes a averiguar cómo moverse con ritmo”.

En el 2014, Ludke, Ferreira y Overy estudiaron los efectos del aprendizaje de vocabulario en otro idioma en “tres condiciones de escucha y repetición”: escuchar frases cantadas, frases dichas rítmicamente y frases dichas en habla cotidiana. Mientras que el rendimiento del estudiante fue el más alto en la condición cantada en todas las pruebas, los investigadores encontraron una diferencia significativa entre las condiciones cantadas y rítmicas frente a las condiciones habladas en los estudiantes de su idioma objetivo (húngaro).

Otro estudio en estudiantes del húngaro mostró que la “preparación rítmica” (reproducir ritmos antes de una tarea de vocabulario) mejora el procesamiento gramatical de los niños. Específicamente, encontraron que mejoró el rendimiento en tareas gramaticales, pero no en la recuperación de palabras o en tareas no lingüísticas.

Los niños con trastorno del desarrollo del lenguaje también fueron sometidos a pruebas, y también mostraron mejoras en sus tareas gramaticales después de preparación rítmica. “Los resultados resaltan la importancia del ritmo en el procesamiento de la lengua hablada, y apunta hacia una posible herramienta de intervención en trastornos del lenguaje”, escribieron los investigadores.

Aprender idiomas con música en el salón de clase

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Pese a que la investigación sobre la música en el aprendizaje de lenguas extranjeras sigue en sus primeros años, hay varias cosas que podemos intentar para ayudarnos a potenciar nuestras habilidades. Pauline Degrave, una investigadora de la UCLouvain en Bélgica, describe tres formas principales en las que podemos aprovechar la música dentro del salón de clase:

1. Sonidos y música de fondo

Algunas veces, tan solo tener música de fondo puede ser un buen ambiente para el aprendizaje de idiomas. En referencia a un estudio del 2006 acerca del efecto de la música de fondo en la memorización de vocabulario de los estudiantes universitarios, Degrave menciona que la memoria para nuevas palabras puede potenciarse solo con reproducir la música de fondo correcta.

“La mitad de los estudiantes aprendieron los pares en silencio y la otra mitad los aprendieron con un concierto de Bach sonando en el fondo,” dice Degrave. “Los puntajes de memorización fueron más altos en la condición musical en comparación con la condición silenciosa.”

2. Canciones

Degrave apunta que de 1950 a 1970, a veces se usaban canciones con el método audiolingüístico, el cual es un “enfoque en la enseñanza de lenguas extranjeras que se basa en un sistema de ejercicios en los que el estudiante repite o adapta oraciones modelo entregadas oralmente o reproducidas en voz alta por el maestro”.

Desde entonces, los instructores han desarrollado una variedad de métodos de enseñanza de lenguas que utilizan canciones, incluyendo el método musical contemporáneo de Anton (1990) y el método melódico de Mora (2000).

3. Actividades rítmicas

En 1993, la maestra de inglés Carolyn Graham inventó un método de enseñanza del inglés como lengua extranjera utilizando los ritmos del jazz norteamericano tradicional para enseñar inglés norteamericano. Ella nombró a estas lecciones los “Jazz Chants” (cánticos de jazz).

Los cánticos reflejan el vínculo entre la música y el lenguaje dentro de una cultura. Alrededor del mundo, los instructores de lenguas extranjeras han desarrollado métodos similares, tal como los Taalriedels del holandés y los Ritmimot del francés.

A pesar de la evidencia convincente de la literatura neurocientífica y de enseñanza de lengua extranjera, los profesores aún no adoptan del todo las lecciones basadas en música dentro del salón de clase. En una encuesta sobre la incorporación de la música en los salones de clases de inglés en las escuelas secundarias francófonas de Bruselas, Jamoulle (2017) encontró que la música era raramente utilizada como algo más que una actividad recreativa.

“Los profesores parecen ser positivos respecto al uso de la música en las clases de lenguas extranjeras, pero la incorporación parece ser más bien ocasional,” dice Degrave. “La falta de recursos y de fundamentos teóricos podría explicar esta discrepancia.”

Con tantos estudiantes haciéndose cargo de su propia enseñanza actualmente, ya sea a través de aplicaciones para aprender idiomas o tiempo extra dedicado al estudio fuera del salón de clases, hacer el aprendizaje de idiomas más musical puede ser un reto divertido el cual intentar independientemente.

Memorizar la letra de canciones en tu idioma objetivo o simplemente reproducir canciones extranjeras de fondo mientras realizas tus actividades del día a día pueden ser buenas maneras de experimentar una mejoría en tus habilidades.

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